La habilidad manual es la capacidad que tiene el niño para poder realizar de manera autónoma las diferentes actividades de su vida diaria (comer, jugar, vestirse, desvestirse, actividades escolares…) con las manos, independientemente del uso de una o ambas manos para ello. Es decir, se valora la independencia de la ejecución de la tarea y cómo lo hace, NO si usa una mano o las dos manos para lograr la ejecución.
Es por tanto, que disponemos del Sistema de Clasificación de la Habilidad Manual, MACS (Manual Ability Classification System). Está validado para niños diagnosticados de Parálisis Cerebral Infantil con una edad comprendida entre los 4 a los 18 años, para todos los subtipos, donde hallamos la HEMIPARESIA INFANTIL.
Dicho sistema de clasificación se compone de 5 niveles donde podemos situar al niño y que debemos conocer para entender qué quiere decir un profesional cuando nos habla de la habilidad manual del niño y su categorización dentro de un nivel.
Los niveles de clasificación son estables, lo que supone que los niños normalmente se encuentran en un nivel y pueden mejorar dentro de este nivel, pero no suelen sufrir modificaciones y alcanzar otros niveles, aunque en ocasiones podemos hallar excepciones si hay gran variabilidad en el funcionamiento de la extremidad superior afectada del niño.
El nivel I. Es el nivel de mayor independencia. En él se sitúan los niños capaces de realizar las actividades cotidianas sin ayuda de un adulto y de manera rápida. Pudiendo aparecer problemas en la ejecución de las actividades que requieren de mayor fluidez y precisión (recortar, atarse los cordones…).
El nivel II. Representa a aquellos niños que pueden realizar las actividades cotidianas de manera independiente, sin ayudas externas, pero que necesitan de un mayor tiempo para su ejecución. Normalmente encontramos niños que utilizan una mano y compensaciones externas como el tronco, la barbilla, la boca para hacer una actividad bimanual sin el uso de la otra mano (abrir una botella, pelar un caramelo…).
El nivel III. Es aquel nivel en el cual los niños necesitan una adaptación previa de la tarea para poder llevarla a cabo sin ayuda de un adulto. Por ejemplo, adaptación para ponerse los calcetines, para ponerse los zapatos, adaptación en la mesa, material antideslizante. Suelen ser niños que tienen dificultades en el agarre y en el alcance y las actividades se realizan con mucho tiempo y esfuerzo.
El nivel IV. Se caracteriza porque en él se incluyen aquellos niños con mayores restricciones de movimiento y limitaciones en el uso de las extremidades superiores. Son niños que pueden intervenir en una parte de la actividad, pero necesita ser completada por un adulto. Por ejemplo, el acto del vestido: podrían coger un vaso de la mesa y acercarlo al cuerpo, elevarlo a una distancia corta, pero debido a las limitaciones de movimiento no pueden llevar el vaso a la boca y mantenerlo y por tanto, esta última acción debe ser completada por un adulto.
El nivel V. Este nivel es el de mayor afectación. Encontramos a los niños que no pueden usar sus extremidades de manera independiente o con una funcionalidad. Necesitan ayuda y soporte continuado de un adulto para poder realizarlas. Son dependientes del adulto en las actividades cotidianas.
Los niños diagnosticados de hemiparesia suelen clasificarse dentro de los niveles del I-III porque son niños capaces de realizar las actividades cotidianas de manera independiente, a pesar de la necesidad de adaptación de la tarea o mayor tiempo de ejecución de la actividad y frecuentemente el uso de la extremidad superior sana.
En el siguiente enlace puedes descargarte el sistema de Clasificación de la habilidad manual, MACS, traducido al español por la Dra. Lourdes Macías Merlo.
https://www.macs.nu/files/MACS_Spanish_2019.pdf
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