SE ACERCA LA HORA DE ACTUAR: ESTAD ATENTOS

Ramón Hernàndez,

Cada uno de nosotros, por sí solo, es capaz de impulsar un pequeño cambio que, junto a otros muchos pequeños cambios de otras personas, puede hacer que las cosas cambien.

La idea no es nueva y la frase no es mía, es de Claudia Tecglen, Presidenta y fundadora de "Convivir con Espasticidad", un excelente proyecto que os invito a todos a conocer y que debemos apoyar porque, entre otras cosas, en breve y en colaboración con la UNED, presentarán una Guía que promete mucho, y cuyo prólogo ha sido escrito por Luis Cayo, Presidente del CERMI

Os transcribo los primeros párrafos, que no tienen desperdicio:

 “En el activismo de la discapacidad -aquella parte de la comunidad que se moviliza socialmente para cambiar de forma estructural las condiciones de vida y de ciudadanía de las personas con discapacidad y sus familias-, tenemos las firme convicción de que son estas, las personas con discapacidad, las que han de erigirse en las agentes de su propio proceso de inclusión. Ya no es lo público, en cualquiera de sus prolijas emanaciones, una Administración, una ley, un dispositivo, una prestación, tanto da, la instancia responsable de que las personas con discapacidad alcancen un grado de desarrollo humano y participación comunitaria satisfactorio, que no sea vea condicionado ni entorpecido por el hecho de la discapacidad, que no sería en adelante más que algo episódico que no define ni agota a la persona.

La emancipación es individual, sí, pero los apoyos para que esa inclusión sea real y efectiva, han de ser colectivos. Y en todo esto, el movimiento asociativo de la discapacidad ha de ser un acompañante activo de ese proceso.”

Todos vemos a diario en las noticias la gravedad de la crisis económica y cómo está afectando muy especialmente a los más vulnerables y, entre ellos, más si cabe todavía a los más pequeños con alguna discapacidad, y profundizando un poco más en la idea de Claudia sobre los pequeños cambios, y en la idea-fuerza que nos transmite Luis Cayo (los apoyos pueden ser colectivos y son necesarios, pero la “inclusión” es algo personal), creo que ha llegado la hora de actuar.

Los poderes públicos nos recortan y abandonan, y muchas entidades, adormecidas durante años a base de subvenciones públicas, no hacen lo suficiente para movilizar a las personas a apoyarse entre sí, y creo que juntos podemos hacer que todo eso cambie.

No puedo concluir de otra forma esta entrada que con la propia conclusión de Luis Cayo en su prólogo a la Guía:

“(…) la responsabilidad del proceso de inclusión es personal, los apoyos colectivos, el movimiento asociativo un acompañante activo. Son las propias personas con espasticidad -es por cierto la única posición moral aceptable- las que deben estar en situación de debatir y resolver sus propias vidas, sabiendo que por su diversidad el entorno les va a imponer, les impone de hecho, unas condiciones exorbitantes, rayanas en lo usurario que adoptan la forma de exclusión, desigualdad y debilidad de derechos. Para atenuar esa dureza ambiente, se precisan apoyos, de toda índole, pero ninguno más genuino que los que proceden de otras personas en similar situación, que actúan aunada y organizadamente movidos por una intensa pulsión solidaria.”

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